martes, 15 de septiembre de 2009

LA NATURALEZA Y SU IMPRONTA

Furtivamente,
como agazapado entre penumbras,
un tibio rayo de luz se asoma.
Amanece ya,
y en el horizonte se vislumbra,
gallardamente ondulante,
las formas fantasmales
de la frondosa alameda.
La suave brisa sopla,
y el trigal enloquecido
despliega por doquier
sus reflejos dorados
Hacia un lado y el otro
las aves revolotean
danzando sobre
las gotas de rocío
que bañan el herbazal.
Caprichosamente,
entre el bosque
poblado de fresnos,
a manera de abanico,
un haz de rayos solares
se abre paso centellando
Un frescor creciente
envuelve el paisaje,
sereno y aplacible
y como musitando
mansamente,
el dulce sonido del agua
borbotea en el arroyo.
Ya todo es luz
y una nueva esperanza alienta
al músculo del labrador.
Se percibe la faena;
la cosecha incita al desafío,
al esfuerzo y al sudor.
Es inútil revelarse,
la naturaleza llama
y al hacerlo reclama
hombría y valor.
La historia es testigo
de su impronta,
su sello es perdurable
y tenaz su exigencia;
no admite
corruptelas impunes,
puesa través de los tiempos
se alza victoriosa,
desafiando el futuro
y alimentando el honor


CARLOS BADARACCO (REGISTRADO)
2/2/96

(REGISTRO DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL N° 779760)
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