domingo, 6 de septiembre de 2009

AMIGO MÍO



“Que triste es haber vivido una vida sin sentirla única,
sin saber de ella, sin poseerla, sin juzgarla auténtica”.
Luces de rabiosa presencia se presentan en mi mente.
Se despliega un abanico de nostalgiosos recuerdos vigentes.
Y allí, entre nubes de un confuso vivir, apareces tú, amigo,
tú que antaño favorecías mi vida brindándome altivo
instantes de consejo, de palabras valiosas, de tenues reclamos
No te importó que sufriera por corregir mis fallas, mis desganos
allí estabas tú, siempre tú, parado, inmóvil, vigilante, juzgante,
acompañando momentos delirantes que hoy me conmueven,
mezclados, revueltos, desconcertantes, oscuros, que esconden
molestos, confusos, temerosos momentos de perplejidad.
Qué rara razón te mantiene, después de tanto tiempo en mi mente
fresco y radiante, tímido y provocante, desvalido y pujante.
Resuenan entonces aquellas palabras sabias, frescas, relajantes.
“Que triste es haber vivido una vida sin sentirla única,
sin saber de ella, sin poseerla, sin juzgarla auténtica”.
Hoy a la distancia te valoro, como la joya más preciada,
Con mi esposa, con mis hijos, con toda mi vida, triunfante
vencedor de todas las penurias soberbias, desmoralizantes,
que la vida se encargó de cargarme, cual cruz insoportable.
Aquí renacen los recuerdos, yo… pujante, tú… desamparado
Cómo me agradaría ser tu apoyo, tu guía, tu sostén,
como lo fuiste tú, en un tiempos distantes, sin orden.
Amigo mío, cruel y sutil, manso y aguerrido, sabio y entrometido,
por hacer feliz a los demás fuiste un luchador empedernido
castigado por la injusta presencia de un amor indigno
Amigo mío, yo te saludo desde aquí, sabiéndote mío,
desbordante y placenteramente mío, sólo mío, amigo mío


CARLOS A. BADARACCO
12/12/08
(REGISTRO DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL N° 779760)

No hay comentarios:

Publicar un comentario