Será de tarde, pero nunca de noche;
habrá velos, pero también desvelos:
Casi existiendo habrá presencias,
casi amando se descubrirán creencias
Sin amor no se hallará la vehemencia.
Nunca, sin amor, nacerá la armonía.
Tenue, pero todavía pertinaz, obsecuente,
brotará del fondo del corazón la resistencia.
¿Será al anochecer, será al amanecer?,
¿cuándo silenciarán su boca los agoreros,
de un crepúsculo colmado de presagios?,
¿cuándo encubrirán sus desesperanzas?
La belleza, la ilusión y la esperanza,
sólo inducirán la pujanza del mundo,
y acallarán las odas mordaces,
de los necios e idiotas de costumbre
Sólo emergerán las hadas lamentosas,
cuando nuestras entrañas así lo concedan.
Más si corremos las túnicas del olvido
emergerán armas de astucia y coraje
Lamentos incisivos marcan los destinos.
Comenzando a desterrar la indiferencia,
se podrá perdonar pero nunca olvidar,
el ocaso lacerante que un pueblo ha sufrido
Si nacieran los duendes de la hipocresía,
y abatieran la dignidad y el respeto,
tristes serán los caminos del empeño
que inspiraran la muerte de los ideales
Si aflorara la implacable indiferencia,
abatiendo la honra y la excelencia,
el fondo de un abismo cruel e infame
colmará nuestro destino indignante
Simples pero retóricas y elocuentes,
decisivas, contundentes, persuasivas,
serán las generaciones pertinaces
que habremos de preparar para el futuro
Arduo desempeño nos espera,
desde una sociedad tan enferma.
Pero la constancia será nuestra tarea,
debemos considerarla nuestra quimera
CARLOS A. BADARACCO
29/01/09
29/01/09
(REGISTRO DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL N° 779760)
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