Esta vez la felicidad pudo más,
el amor triunfó sobre la vida.
Sobre el dulce anhelo de un espléndido día
edifico un futuro de ensueño,
de sutil y vivificante confianza.
He de vivir para gozar de la existencia,
para esperar con ilusión el porvenir.
Sin pensar en lo ingrato, viviré con prudencia
sabiendo que hay alguien a mi lado que quiere ser feliz
escuchando mis palabras con optimismo
y soñando con un destino de paz y amor
Es para mí la fe que siento para el mañana
un elixir de proyección y firme convicción
de lograr la alternativa de un principio de bienestar
Luchar es el sentido de la vida,
pelearle a la cotidianeidad,
buscar con utopía, en la lejanía del tiempo, una expectativa
que anuncie la dicha de la humanidad,
que proclame la felicidad sobre el infinito
y reviva la esperanza de un mundo mejor
CARLOS A. BADARACCO (REGISTRADO)
12/6/09
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