martes, 6 de octubre de 2009

UN JARDIN DE AMOR




Cantando venían ellas,
danzando las tres sin cesar
mostraban su bello andar,
cruzando todo el jardín.

Luciendo bonitas prendas,
de encaje, seda y satén
No hay duda que estaban locas,
locas de amor por dar.

Serán las tres unas diosas:
rosa, azucena y clavel
Cantando venían bellas,
buscando un amor también

El sol iluminaba sus rostros,
les daba fulgor y desdén
Las aves soltaban su vuelo,
festejaban alegre vaivén

Las abejas insistían robando,
por aquí, por allí y más allá
sustraían el néctar precioso,
para luego fabricar la miel.

Cantando estarán las estrellas,
ocultas detrás del sol
Adornando también sus figuras,
con suave y tenue arrebol.

primero con un rojo etéreo
y luego con blanco algodón
frágil, sutil, vaporosas
lo hacían cubiertas de sol,

Continuaban sus danzas locas,
la rosa, la azucena y clavel
cantando venían ellas,
bailando las tres sin cesar

y en medio del paraje aquel,
una niña llena de ternura
suspiraba de amor profundo
de adolescente amor por él,

un mozo de fina estampa,
que acariciaba suave su piel
¡qué romántico se veía el paisaje!,
pleno el frondoso herbazal

la brisa suave soplaba,
grácil, reposada y sutil
no hay duda, todo encajaba,
ella, se sentía feliz

que romántico se veía el paisaje,
que bello se lo veía además
que romántico se veía el paisaje,
que apacible se lo veía también

CARLOS A. BADARACCO
19/02/09
(REGISTRO DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL N° 779760)
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