martes, 6 de octubre de 2009

TRES ROSAS BLANCAS




Tres rosas blancas,
sólo tres
iluminaban tu rostro diáfano,
tres rosas blancas,
y nada más.
Tu suave piel de ensueño
quedó impregnada por aquel aroma,
aroma a rosa, a rosa sin dueño
a rosa perdida, a rosa dormida.

Tres rosas blancas,
sólo tres
se perdían en aquel instante,
tres rosas blancas,
y nada más.
Adornando el momento de unión serena
en donde las almas en comunión plena,
se sumergían en caricias, en caricias de celo
en caricias de amor, de dulce desvelo

Tres rosas blancas,
Sólo tres
en el instante más sublime
tres rosas blancas,
y nada más
ligadas en pasión incontenible
apresadas en furia insostenible,
se borraban en el tiempo, en un tiempo distante
en un tiempo sufrido, en un tiempo vencido

tres rosas blancas,
sólo tres
que encendían amores procaces
tres rosas blancas,
y nada más
que apagaban esa piel de ensueño
borrando el aroma profundo,
aroma a rosa, a rosa sin dueño
a rosa perdida, a rosa dormida

CARLOS A. BADARACCO
02/02/09
(REGISTRO DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL N° 779760)
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