jueves, 5 de noviembre de 2009

TRES NIÑOS



Tres niños duermen
en la inmensidad de la noche.
Tres niños de piel de seda
descansan el sinsabor.
El día los ha torturado,
los ha maltratado
y sin reproche,
tres niños duermen
el sueño del ángel adorador.
Han sido afortunados,
Dios los ha recogido,
ha sentido piedad
por sus vidas miserables
y cubiertos de seda
descansan protegidos.
Tres niños duermen
en la inmensidad insuperable.
Quizás tres niños duerman
en un insondable destino
buscando quién sabe
que sueños de ilusión,
sueños de amable designio
que guardan en el corazón
mientras el frío carcome
su piel de azul mortecino.
Quién pudiera abrazarlos
y vaciar sus miserias,
protegerlos y amarlos
como quien ama a un hijo,
y con un manto de ventura
adecuar su cobijo,
para que cuando sufran
no los hiera la tribulación,
ni siquiera les perturbe
y los pierda la cerrazón.
Ábranse los cielos
para que los ángeles los protejan
mientras la ignorancia del destino
les acalla el corazón

CARLOS A. BADARACCO
13/06/09
(REGISTRO DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL N° 779760)
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1 comentario:

  1. Golpea fuerte el poema, primero la imagen y luego el texto.
    Me gusto Carlos, gracias por escribir como lo haces, no es facil denunciar a traves de la poesía.
    Besos.

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